Indemnización por daños y perjuicios

La indemnización por daños y perjuicios es uno de los temas que más nos preocupa a todos, por lo que vamos a intentar responder a las preguntas más frecuentes que nos suelen hacer nuestros clientes en nuestro despacho de abogados de Marbella, Mercury Abogados SLP:
¿Puedo ejercer algún tipo de acción en caso de que sienta que se me está produciendo algún perjuicio? Y la respuesta en este caso es afirmativa, pero con los siguientes matices que vamos a desgranar a continuación.
En primer lugar, para que podamos plantear la opción de solicitar una indemnización por daños y perjuicios, tiene que existir un menoscabo.

¿Puede este menoscabo ser físico, o por el contrario tiene que ser económico en todo momento? Pues en este caso, el menoscabo puede ser tanto físico, como económico.

La responsabilidad que surge de estos daños puede ser responsabilidad contractual, o extracontractual. A continuación, vamos a explicar en qué consiste cada tipo de acción:

1. Responsabilidad civil contractual: en este caso, tal y como viene recogido en el artículo 1101 del Código Civil “los que, en cumplimiento de sus obligaciones, incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, o los que de cualquier modo contravinieren el tenor de aquellas”, por lo que como podemos ver en este caso el daño para resarcir surge del contrato que se suscribe entre las partes.

2. Responsabilidad civil extracontractual: por el contrario, tal y como indica el propio nombre, en este caso la obligación surge cuando no existe relación contractual entre las partes. Podemos poner como ejemplo, algo que es muy común y son los accidentes de tráfico. Aquí la relación de resarcimiento que existe entre las partes, surge como regla general como consecuencia de un impacto, colisión o atropello, y nace la obligación de indemnización por parte de una a la otra.

Requisitos

Los requisitos para que exista culpa en este caso, son: demostrar que se ha producido un daño real, quedar demostrada la existencia del contrato, que se pueda atribuir el daño a una persona o entidad específica, y la existencia de un nexo de causalidad entre la acción y los daños.
Los casos más habituales para solicitar una indemnización de daños y perjuicios son, el daño emergente, el lucro cesante y el daño moral. En próximos posts, hablaremos con mayor detenimiento de cada uno de ellos.